¿Sabes que incluso para algunos andaluces se trata de un plato un tanto desconocido?
Pero en el fondo es una receta que siempre ha estado entre nosotros: la mazamorra es al ajoblanco lo que el salmorejo al gazpacho. En este post te descubrimos las claves de este manjar.
En la última década muchos restaurantes cordobeses y chefs destacados, como Celia Jiménez, están incorporando en sus cartas la mazamorra, una crema fría milenaria basada en almendras, pan, ajo, aceite de oliva virgen extra y vinagre. Los turistas o los mismos cordobeses se empezaron a sorprender de este plato ya que el ajoblanco siempre ha sido mucho más popular como bebida fría. Al llevar menos agua que el ajoblanco, el resultado es una crema espesa y deliciosa, a la que poder acompañar con distintos "toppings", lo que hace que sea muy versátil.
¿Cuál es el origen de la mazamorra o el ajoblanco? Bueno, se cree que desde la época romana ya se hacía algo así como un "majado" con estos ingredientes, ya que la mezcla es altamente nutritiva, saciante y económica. Hoy en día es una maravillosa forma de hacer cocina de aprovechamiento. Tradicionalmente se sirve con uvas enteras, pasas o manzana. Podemos deducir por esto, que el origen es 100% mediterráneo.
Este plato tiene distintas variantes según donde nos encontremos. "Maza-" significa "masa" en griego (de ahí viene, por ejemplo, mazapán). Al otro lado del Atlántico, nos encontramos un un postre argentino de origen indígena llamado "mazamorra", y se trata de una especie de gachas con leche. En países del Mediterráneo oriental, el equivalente a la mazamorra es un majado de legumbres, aceite, etc. Parece que lo único que tienen en común las mazamorras de otros lugares es el color claro del majado.
¿No es maravilloso cómo la climatología de un país o región unido a las costumbres locales pueden modificar un plato hasta hacerlo propio e único?
Por eso la gastronomía es cultura, historia y arte.