En verano todos queremos relajarnos, refrescarnos y no esforzarnos mucho. También en lo que comida se refiere. Estamos de suerte porque las ensaladas son una comida maravillosa, tan versátil, deliciosa y rápida de preparar... y no por ello menos nutritiva. Nos encantan las posibilidades que ofrece algo tan sencillo.
Estamos encantados de que las ensaladas sean un plato sin límites y con creatividad infinita. Es lo contrario a otras recetas, más rígidas en cuanto a ingredientes o preparación. Las ensaladas son un universo de posibilidades con un denominador común: el aceite de oliva virgen extra. Las distintas variedades de aceituna conforman platos en los que se destaca más un sabor u otro; en esto la acidez tiene gran peso.
Dato curioso: ¿sabías que el orden en el que aliñas la ensalada influye en su sabor? Sí, sí. Normalmente todos acudimos primero al AOVE, luego al vinagre y por último a la sal. Pues debido a la película que crea el aceite sobre los alimentos, el vinagre (el cual contiene agua) y la sal, no se transmiten a los alimentos de la forma adecuada. Al no haber fusión con ellos por la película que hemos mencionado, el sabor de la sal (que no se ha disuelto) y el vinagre, son demasiados intensos.
Distinto es que realices una vinagreta, donde todas las partes del aliño se mezclan muy bien entre sí hasta fusionarse.
Así que si quieres saber más sobre el orden sal-vinagre-AOVE te recomendamos este artículo.