
El AOVE en la Antigua Grecia: mucho más que un alimento.
En la Antigua Grecia, el aceite de oliva no era solo un ingrediente básico en la cocina, sino un verdadero símbolo de riqueza y prosperidad. Su valor iba mucho más allá de la alimentación: se usaba en rituales religiosos, en el cuidado del cuerpo y, lo más sorprendente, como moneda de cambio en el comercio.
Las ánforas repletas de este "oro líquido" viajaban por todo el Mediterráneo, conectando a los griegos con pueblos como los fenicios y los egipcios. En los mercados de Atenas o en los puertos de Creta, el aceite de oliva se intercambiaba por metales preciosos, especias exóticas y tejidos finos.
Pero no cualquier aceite tenía este estatus. El más cotizado era el producido en los olivares sagrados de Atenas, conocido como "Aceite Panatenaico". Este no solo era un premio para los vencedores de los Juegos Panatenaicos, sino también una de las mercancías más preciadas en las rutas comerciales de la época.

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"Aceite Panatenaico", todo un elixir
Los Panateneas o Juegos Panatenaicos era una de las competiciones deportivas más importantes de Atenas en honor a la diosa Atenea, la "patrona" de la ciudad y cuyo significado sería algo así como "de todos los atenienses". Era una también una cita festiva y cultural anual muy esperada y cada cuatro años se celebraban los Grandes Panataneas, una competición a la altura de los Juegos Olímpicos o los Juegos Panhelénicos.
El Aceite Panatenaico era un aceite de oliva de altísima calidad que se producía en la Antigua Grecia y se entregaba como premio a los vencedores de los Juegos Panatenaicos. Este aceite tenía un gran valor simbólico y económico, ya que provenía de los olivos sagrados de la ciudad ("morias") y se almacenaba en ánforas decoradas con escenas de los juegos. El aceite de oliva, en general, tenía un papel fundamental no solo como trofeo, sino como amuleto para los atletas, como protector solar y potenciador del rendimiento.
¿Cómo se obtenía el Aceite Panatenaico?
Como hemos comentado, este aceite provenía de los "morias", olivos que, según la mitología, eran un regalo de la diosa Atenea a los atenienses. Estos olivos estaban protegidos por el estado y cualquier daño a ellos se castigaba severamente. Como cuenta el filósofo Plutarco en "Vidas paralelas", "cortar o dañar un olivo de Atenas era considerado un crimen contra la diosa misma, pues de su fruto se obtenía el aceite que honraba a los campeones."
Proceso de recolección y extracción
La recolección de las aceitunas se realizaba con un cuidado especial, ya que se consideraba un aceite sagrado (para nosotros sería un aceite premium). Se reservaban los métodos menos agresivos para la recolección de estas aceitunas, para proteger el fruto y el posterior el aceite lo máximo posible.
Prensado en frío
Las aceitunas se prensaban en frío para obtener un aceite puro y de la más alta calidad. Se almacenaba en grandes ánforas llamadas "Ánforas Panatenaicas", que tenían decoraciones con la imagen de Atenea en un lado y escenas de las competiciones en el otro.
Uso y distribución
El aceite Panatenaico no solo tenía valor ceremonial, sino que también era muy apreciado en el comercio. Los vencedores de los Juegos Panatenaicos recibían varias ánforas llenas de este aceite, lo que equivalía a una gran fortuna. Algunos lo usaban personalmente, mientras que otros lo vendían a comerciantes, quienes lo distribuían por todo el Mediterráneo.
Este aceite era mucho más que un simple alimento: representaba el vínculo entre los atenienses y su diosa protectora, y simbolizaba la grandeza de la ciudad. Un auténtico tesoro líquido de la Antigua Grecia. Por la información histórica que hemos encontrado todo apunta a que se trataba de un aceite de oliva "virgen extra", ya que el cuidado empleado en la obtención sería como en la actualidad. Es cierto que los Juegos tenían lugar al terminar la primavera, pero gracias a las ánforas, cuevas y demás el almacenamiento del producto sería óptimo para mantener su calidad, sabor y la categoría "virgen extra".

Autor: Arturo Ruiz Taboada. Detalle de la cara A del ánfora de Vulci. Escena de vareo y recolección de aceitunas. Pintor de Antímenes. Vulci (Viterbo, Italia). S. VI a. C. British Museum B, 226.
Medicina y elemento de sanación
Hipócrates de Cos es considerado el padre de la medicina y a su vez, consideraba el aceite de oliva un elemento esencial para la salud y lo utilizaba con múltiples fines terapéuticos. En sus escritos, menciona más de 60 usos medicinales del aceite de oliva, lo que demuestra su importancia en la medicina de la Antigua Grecia. De hecho, a él se le atribuye la frase "que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento". De esta manera transmitía la idea de que ambos aspectos no son elementos independientes sino que están estrechamente relacionados.
Entre los usos medicinales están:
- Tratamiento de quemaduras, heridas y enfermedades cutáneas, aplicándolo directamente sobre la piel para acelerar la cicatrización.
- Problemas digestivos. Se utilizaba como laxante natural y para aliviar problemas gástricos.
- Dolores musculares y reumáticos
- Enfermedades respiratorias. Mezclado con miel y hierbas, se utilizaba para tratar problemas respiratorios, como la tos y la irritación de garganta.
- Uso en ginecología y partos. Se empleaba para aliviar dolores en las mujeres embarazadas y facilitar el parto.
Atribuciones mitológicas y religiosas a los efectos del aceite de oliva
En la Antigua Grecia, la mitología y la religión estaban profundamente entrelazadas con la medicina, y el aceite de oliva, al ser un regalo divino, no solo era un remedio físico sino también un símbolo de protección y sanación espiritual.
Según el mito, la diosa Atenea ofreció a los atenienses un olivo sagrado como símbolo de sabiduría, protección y salud. Este árbol, nacido de la tierra por voluntad divina, tenía propiedades curativas, lo que explicaba su uso en medicina. Los antiguos griegos creían que el aceite extraído de sus frutos contenía la esencia de la diosa, y aplicarlo sobre el cuerpo era recibir su bendición.
Por otro lado, Asclepio, el dios de la medicina, enseñó a los mortales a usar plantas, ungüentos y aceites sagrados para sanar enfermedades. Sus sacerdotes, los asclepíades, utilizaban el aceite de oliva en los templos dedicados a él, llamados asclepeions, donde los enfermos pasaban la noche esperando recibir visiones del dios sobre su curación. Se ungían con aceite como parte del ritual de sanación.
El aceite también se usaba en lámparas sagradas dentro de los templos y en sacrificios a los dioses. Se creía que la luz del aceite representaba la energía divina, y que al encender una lámpara con aceite consagrado, se invocaba la protección y la salud de los dioses.
¿Te ha gustado esta entrada? ¿Te interesa la historia del aceite de oliva virgen extra? Háznoslo saber, seguiremos escribiendo e investigando sobre el tema. ¿Cuál sería hoy nuestro Aceite Panatenaico? Nosotros no tenemos duda: ¡nuestro iOliva!